lunes, 18 de febrero de 2013

Marea Blanca

La sanidad no se vende, se defiende


Este pasado domingo en Zaragoza hacía una mañana de suave invierno, con el cielo un tanto apagado por un somnoliento velo de nubes y un frescor carnoso en el aire que se metía en los pulmones con caricia oxigenada y húmeda. 



Al principio, en la glorieta Sasera, donde se había convocado la concentración de partida, había poca gente y todos miraban a su alrededor extrañados de sí mismos, como buscando algún refugio donde cobijar su presencia. En un improvisado tenderete hecho con cuerdas atadas entre los árboles y farolas de la glorieta se vendían camisetas blancas con el lema "La sanidad pública no se vende". Un grupo de mujeres con pompones blancos y un curioso equipo móvil de sonido de cuatro altavoces colgados en lo alto de un delgado mástil metálico, cantaba canciones con letras alusivas y consignas cargadas de pólvora. Algunas personas portaban pequeñas pancartas de cartón con mensajes llenos de ingenio: "Si llegas a Urgencias y  no estoy... pregúntale a Rajoy". Se desplegó una gran banda de tela con las palabras "marea blanca" escritas en grandes caracteres azul celeste. Las personas que la sujetaban hacían movimientos ondulantes imitando en la tela la agitación de las olas. Los periodistas pululaban entre la gente haciendo fotos y grabando con las cámaras a los corros de gente. Poco a poco todos los huecos de la plaza se fueron ocupando por los rezagados y a eso de las 12:15 comenzó la marcha.

Salida de la marcha
No sabría calcular cuántos éramos. Los convocantes dirán que cinco mil y la delegación del gobierno que cincuenta.  Yo me fijé en las caras, no en el número. La mayoría parecían gente pacífica, nada llamativa, normal, de los que se encuentra uno en el portal de casa o en la fila de la peluquería y les dedica un saludo amistoso. No parecían caras curtidas en la bronca, la pendencia o la contienda, sino semblantes serenos y francos, algo agotados por tanto aguante y sobrecogidos por una amenaza sombría que sienten flotar en el aire, como un hedor que anuncia invisible lo podrido. Que sienten y quizá ya han podido palpar más de cerca en la inmediatez de sus puestos de trabajo. Vi a bastantes conocidos, a muchos que me consta no se juegan nada desde el punto de vista profesional ni personal pero que estaban allí animados por el mismo recelo.
La marcha por el Paseo Independencia
La marcha transcurrió tranquila circulando por el carril derecho del Paseo Independencia hacia la Plaza de España. El cielo comenzó a descubrirse diáfano por el horizonte y el brillo del sol tendió una suave mano resplandeciente sobre la cara y la figura de los manifestantes. El paseo, sin coches ni tranvía, parecía la estampa coloreada de una época anterior.

En la calle Alfonso, más estrecha, la gente se apretó en una corriente más densa para dar cabida a quienes venían caminando más espaciosos y holgados detrás. El grupo de mujeres del megáfono portátil seguía infatigable con sus cantos y consignas. Había muchos policías apostados en la fachada de una casa con un gran portal de madera. Protegían, por lo visto, a una consejera del Gobierno de Aragón que supuéstamente vivía allí. Nadie les hizo el más mínimo caso y la marcha siguió tranquila con la gran bóveda del Pilar ocupando el horizonte, como un imponente y magnético totem .


La manifestación terminó en la plaza de la Delegación de Gobierno. Se llenó de gente pese a que muchos se dispersaron antes, sin esperar a la lectura del comunicado oficial con el que se cerraba el acto. Para ese momento el sol rutilaba ya con una presencia más viva y la mañana lucía risueña, iluminada con una claridad animada y transparente. La marcha  había sido convocada en otras 15 ciudades españolas y en todas ellas se leyó simultáneamente el mismo comunicado. Su mensaje era sencillo y directo: "La sanidad no se vende, se defiende".

Lectura del manifiesto

Os pongo a continuación algunas otras fotos que tomé durante la manifestación:

tenderete de camisetas

Salida de la manifestación


Equipo de sonido portátil
En la calle Alfonso
Otra en la Calle Alfonso
Entrando a la Plaza del Pilar
El la Delegación del Gobierno
Otra en la Delegación del Gobierno
Marea Blanca
Lectura del comunicado final

No hay comentarios:

Publicar un comentario

GRACIAS POR COMENTAR