Manos sucias
Ya en tiempos del propio Semmelweis su colegas le desacreditaron sin piedad y desconfiaron de su planteamiento. Aunque logró reducir la mortalidad debida a la fiebre puerperal del 16% al 3% tras hacer que todos, médicos y estudiantes, se desinfectaran las manos tras practicar una autopsia y antes de tocar a las parturientas, en cuanto se marchó del hospital volvieron a las andadas y, por supuesto, la señora de la guadaña siguió a sus anchas rebanado vidas como quien corta lonchas de jamón.
Víctimas de un engaño autocomplaciente, cuenta el profesor French, los médicos creen mayoritariamente (78%) que hacen la higiene de manos de forma correcta durante la asistencia a los pacientes, aunque cuando se hace una auditoría para comprobarlo, en realidad esta proporción es de sólo el 9%. Otras estimaciones más optimistas sitúan este porcentaje en el 30%.
Sea como fuere, después de una gigantesca campaña de sensibilización y educación sanitaria para mejorar el cumplimiento de la higiene de manos por parte de los profesionales sanitarios, auspiciada e impulsada desde tantos organismos nacionales e internacionales como quizá nunca se ha visto, los resultados no parecen buenos ni mucho menos aceptables. Sí que parece que hemos conseguido, como me comenta una compañera de intensivos de mi hospital, que algunos utilicen los hidroalcoholes, colocados en todas las habitaciones para facilitar la higiene de manos del personal, como dispensarios alternativos al güisqui o la cerveza durante los ratos de trabajo (The Rising Incidence of Intentional Ingestion of EthanolContaining Hand Sanitizers. Crit Care med 2012; 290-294). Sí, sí, se lo beben, que cualquier sucedáneo es bueno. Mano de santo si uno ve horrorizado que se acerca el "delirium tremens" con su aquelarre de monstruos danzantes.
Pero como con el cinturón de seguridad o el tabaco, lo que no ha conseguido la educación sanitaria parece que lo está consiguiendo el miedo a la ley. En los hospitales ingleses se han reducido en más de un 86% las bacteriemias por Staphylococcus aureus meticilin reistente y en un 68 % las infecciones por Clostridium difficile, así como la mortalidad asociada a estas infecciones tras la aplicación de un normativa legal que les obligaba a hacer públicas sus tasas de infección y los resultados de las auditorías de sus prácticas de higiene y limpieza, bajo la amenaza de multas y despidos si no conseguían mejoras en estos aspectos.
Vamos, lo que hacía el maestro de mi escuela, una buena dosis de la medicina de la vara, bien en la parte glútea o en mitad de los lomos y problema resuelto. Que los problemas de conducta parecen sensibles al jarabe de palo. Initium sapientiae timor Domini (el inicio de la sabiduría es el temor del Señor), que decía el cura.
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